Muchas personas se cansan de trabajar bajo la estructura de una empresa, de cumplir horarios establecidos, de completar los objetivos de una compañía y no los propios. Por estas, y muchas otras razones, deciden trabajar de forma independiente en aquello que son profesionales y les apasiona. Así, pasan a formar parte de lo que se denomina “trabajador freelance”.

Un trabajador freelance es aquel que trabaja de forma independiente, sin pertenecer a una empresa, y es contratado de forma ocasional por diferentes clientes. Carecen de un modelo de negocio, tienen más de una fuente de ingreso, la falta de estructura organizacional les impide expandir sus acciones, por lo que se quedan solo ejecutando estos proyectos ocasionales.

Si bien hay muchas personas que se sienten cómodas trabajando en este sistema, otras aspiran a más por lo que deciden dejar de ser freelancers y optan por convertirse en Asistentes Virtuales (VA por sus siglas en inglés).

Cuando una persona decide trabajar de forma profesional como VA, lo hace bajo un modelo de negocio establecido, que es sostenible, rentable y escalable, ya que aunque trabaja de forma independiente, lo hace como si de una empresa se tratase. Es decir, el VA es una empresa en sí mismo.

Desglosando un poco esta definición, decimos que la estructura de un VA es rentable, porque no necesita de otros trabajos para satisfacer sus necesidades económicas; es sostenible porque forma parte de una estructura organizacional; y es escalable, ya que puede expandir su área de negocio hacia otras tareas que no dependan de clientes como tal.

Además, los VA están amparados bajo el modelo de negocios establecido por la Asociación Internacional de Asistentes Virtuales (IVAA por sus siglas en inglés), que los agrupa, los pone en contacto unos con otros y les provee herramientas y actualizaciones para ejecutar de forma más eficiente y óptima sus tareas.

Tanto VA como freelancers comparten ciertos aspectos en sus formas de proceder, así como también tienen notables diferencias.

Semejanzas entre Asistentes Virtuales y trabajadores freelance

Tanto VA como freelancers trabajan de forma independiente. Es decir, no forman parte de la nómina de una empresa, ni tienen un jefe al cual rendir cuentas.

Ambos modelos pueden trabajar a distancia y se valen de las tecnologías para estar en contacto con sus clientes y entregar sus trabajos.

La pasión por una profesión es otro punto en común. VA y freelancers suelen trabajar en eso que les apasiona. Son varias las profesiones en las que se puede optar por estos modelos: contaduría, diseño, administración, sistemas, tecnología, escritores, marketing digital, servicio al cliente, entre otras.

Diferencias entre Asistentes Virtuales y Freelancers

Como ya dijimos, la principal diferencia entre un VA y un freelance es que el primero concibe su estatus dentro de un modelo de negocio, al igual que el de cualquier empresa constituida. Por esta razón, establece pautas que marcan límites del servicio que va a ofrecer y la forma en cómo se lo ofrecerá a sus clientes. También define a sus clientes ideales y con base en eso, establece un plan de mercadeo con la intensión de llegarles a esas personas con las que le interesa trabajar. Como el VA se concibe a sí mismo como una empresa, establece de forma clara y definida la forma en que generará sus ingresos. Así, no dependerá de otros trabajos para satisfacer sus necesidades. Por el contrario, buscará la manera de expandir su empresa y ramificar su negocio hacia áreas complementarias.

El VA es un emprendedor que establece un plan de negocios y deja por sentado cada aspecto de su micro-empresa: desde la estructura organizacional, los objetivos, misión y visión hasta los aspectos económicos y legales.

Como no está orientado por proyectos ocasionales, todo su negocio persigue una meta definida: crecer y desarrollarse.

Ese plan de negocios incluye el valor de sus servicios y la forma cómo cobrará a sus clientes, ya sea por hora, día, semanas o proyecto. Sabe que su trabajo y su experiencia tienen un valor y vela porque se le pague un precio justo.

En cambio, un trabajador freelance se ve a sí mismo como una persona que va pescando clientes para que lo contraten para un proyecto en específico. No ve a sus clientes como una colaboración a largo plazo, sino como proyecto puntual y ocasional en cual, al momento de ser entregado, concluye la relación laboral.

Carece de una estructura organizacional y con cada proyecto nuevo decide cómo lo hará, en cuánto tiempo, si trabajará por hora o por proyecto y cómo cobrará por ese servicio en específico. Es común que un freelance dependa de otra actividad económica para poder cubrir sus necesidades. Esto sucede porque depende de esa sola actividad que saben hacer y no tiene la estructura para escalar su proyecto personal. Algunos cobran precios muy por debajo de lo que se consideraría justo en sus industrias, para no perder el cliente o el ingreso.

El VA sabe que es un colaborador y que el trabajo o proyecto que ejecute es vital para que el cliente cumpla con los objetivos de su empresa. Por su parte, el cliente ve a su VA como pieza imprescindible para que su empresa o emprendimiento tenga éxito y por esa razón lo respeta y valora en gran medida.

Esto no quiere decir que un cliente vea a un trabajador freelance con poco respeto, pero no suele considerarlo pieza fundamental de la empresa, sino como un trabajador al que se le paga por un proyecto y ya.

Para los VA es fundamental darse a conocer en el mercado, por lo que se valen de un plan de mercadeo para hacer saber a sus clientes que ellos existen y que son expertos en un área de negocio en específico. Para lograrlo, es común que tengan un sitio web en donde especifiquen sus servicios, cuenten historias de éxito de sus clientes, tengan un área de networking en donde apoyan a otros VA y un formulario de contacto. Además, pueden tener un blog en donde demuestren su destreza. También hacen mano de las redes sociales para darse a conocer y conseguir nuevos clientes.

Los trabajadores freelancers suelen darse a conocer solo por referencia. Esto no está mal, de hecho los VA también se valen de la recomendación porque es la forma más valiosa y creíble para darse a conocer, pero no tienen un plan de mercadeo de marca personal, por lo que su alcance es limitado.

Como dijimos al principio, los VA están amparados por el IVAA, y en algunos casos hasta forman parte de una agencia de Asistentes Virtuales, como CIAV Group, que se encarga de agruparlos y ponerlos en contacto con sus bases de clientes, velar por sus intereses, darles capacitación y ofrecerles una remuneración adecuada a sus talentos y experiencia.

En CIAV Group agrupamos a los mejores VA, profesionales con experiencia comprobable, bilingües y con constante capacitación que buscan el mismo objetivo que la empresa: simplificar la vida de nuestros clientes y ayudarlos a cumplir sus objetivos.

Contratamos a los mejores VA especializados en áreas administrativas, de negocios, marketing, servicio al cliente y marketing digital. Nuestro proceso de contratación es riguroso y procura seleccionar a los mejores talentos.

Además, nuestros VA están inscritos en nuestro programa integral de aprendizaje, lo que los convierte en los más eficientes y eficaces en el planeta. Si deseas más información, ingresa aquí y conoce más de nosotros.

En definitiva, un VA es una empresa en sí mismo y esa es su principal diferencia con un trabajador freelance. Eso sí, los freelancers tienen un gran camino andado para convertirse en VA, por lo que si desean dar ese paso, solo deben establecer su modelo de negocio y comenzar a colaborar con sus clientes.

¿Te consideras trabajador freelance o Asistente Virtual? ¿Conocías estas diferencias? Queremos leerte así que deja tu opinión en la sección de comentarios.

Fuentes:

https://profesionalvirtual.net/la-importancia-de-un-asistente-virtual/

https://profesionalvirtual.net/7-razones-para-pasar-de-freelance-a-asistente-virtual/

VA’s as Business Owners and Six Characteristics that Define Them